Durante los meses de invierno, nuestro sistema inmunológico puede verse más vulnerable debido a las bajas temperaturas y la mayor prevalencia de infecciones respiratorias. La suplementación con ciertas vitaminas y extractos de plantas puede ayudar a prevenir infecciones, combatir deficiencias nutricionales y mejorar la respuesta del organismo frente a patógenos.
Entre las vitaminas más ampliamente conocidas por su acción sobre el sistema inmunológico destaca la vitamina D. Su suplementación es importante en épocas frías del año, cuando la exposición al sol disminuye, y siendo su principal fuente puede generar deficiencias de esta vitamina en el cuerpo. La vitamina D contribuye a la activación de las defensas inmunológicas, mejora la respuesta inmune con activación de los linfocitos T y puede reducir el riesgo de infecciones respiratorias.
Por su parte, la vitamina C también juega un papel crucial como un antioxidante que ayuda a proteger las células del cuerpo contra el daño oxidativo. Entre sus otros beneficios, mantiene las barreras naturales del organismo, aumenta la actividad de enzimas y anticuerpos, fomenta la producción de glóbulos blancos, que son esenciales para combatir infecciones, y puede reducir la duración y la gravedad de los resfriados.
Por otro lado, están las plantas medicinales como una fuente natural de compuestos activos que estimulan la actividad celular, aumentando el número de células de defensa en el cuerpo. Una de las especies inmunoestimulantes más populares es la Equinácea (Echinacea purpurea), planta rica en ácidos fenólicos, alquilamidas, saponinas y polisacáridos, que potencia el número de leucocitos y activa a las células de la inmunidad innata, proporcionando una cierta actividad antiinflamatoria. Aunque el Ginseng (Panax ginseng) se conoce más como una planta energizante, también desempeña un papel similar. Esta planta adaptógena, rica en saponinas, contribuye a la inmunidad tanto innata como específica.
Otro extracto vegetal reconocido por sus propiedades antioxidantes es la Cúrcuma (Curcuma longa). La curcumina, su principal compuesto activo, puede regular la actividad de células del sistema inmunológico mediante la reducción de la producción de sustancias proinflamatorias e inhibición de la actividad de ciertas enzimas, promoviendo de esta manera un ambiente antiinflamatorio.
Por último, el extracto de raíz de la planta adaptógena Eleuterococo (Eleutherococcus senticosus), compuesto por sus principios activos conocidos como eleuterósidos, tiene la capacidad de potenciar la actividad inmunoestimulante. Esto se logra mediante la estimulación de la fagocitosis, un proceso clave en la defensa del organismo, además de incrementar el número de otros componentes esenciales del sistema inmunológico.
La combinación de estos suplementos puede ofrecer un apoyo integral para fortalecer el sistema inmunológico y afrontar los desafíos de la temporada fría. La investigación de los extractos vegetales y su actividad sobre nuestro organismo continúa avanzando, y desde Lleó, nos comprometemos a manteneros informados sobre los últimos avances en este campo.